martes, 22 de abril de 2014

El último acto del mago Murga


Hoy se transformó el mago Jorge García Murga. Cada creencia dirá hacia donde se encamina su alma, pero seguro está en paz, después de un poco más de 40 días de lucha en el hospital a causa de un accidente provocado por una mujer en estado de ebriedad.

Su familia y amigos se han hecho escuchar porque al igual que cientos de familias guatemaltecas sienten el inmenso dolor que provoca este tipo de accidentes donde el alcohol es quizá uno de los orígenes más frecuentes para que se desaten estas historias.

Su hija, la escritora Ligia García, comenzó desde entonces una campaña importante para hacer conciencia en los días pico de salidas a parrandas para ser responsables y evitar estar detrás del volante cuando se bebe. “No manejo cuando tomo licor, yo no mato ni causo dolor” es la frase que cada fin de semana ha aparecido en las redes sociales y reflexión que se incrementó durante la Semana Santa o fiesta veraniega.

El suceso me trae a la memoria el caso de Amárrate a la vida, una iniciativa que promovía Gabriela Valverde y sus amigos… hace aproximadamente siete años. El grupo de adolescentes de entonces perdió a una amiga en un accidente, también a causa de un conductor ebrio. La idea era destinar estas pulseras entre el grupo y designar a una persona para que ese día se encargara de manejar.

He escuchado de proyectos en los cuales el conductor designado tiene esa noche libertad de comer gratis y tomar las bebidas que quiera –virgenes- para motivarles a la responsabilidad. Aplaudo estas medidas en un mundo donde la mayoría de nosotros se queda de brazos cruzados lamentando lo sucedido.

En mi crianza de vida aprendí que estos detalles son un regalo para las personas consideradas bebedores sociales porque en realidad tienen la fuerza de decir “yo me ofrezco hoy a no beber” o “mejor llamo un taxi porque voy a tomar”, e interminables etcéteras. No estamos viendo el otro lado de la enfermedad, para aquellos que no tienen el ánimo ni el interés en perderse de una bebida, no porque no lo quieran sino porque su sistema está tan enfermo que es imposible que se resistan.

Los dolores del alcohol van más allá del terror en las carreteras. Los golpes en el hogar, el abuso sexual de niños, los gritos, humillaciones y otra serie de detalles dolorosos. ¿Qué hacer? ¿Se tiene solución frente a las adicciones?

Personas han demostrado que sí, pero requiere de reconocer que existe un problema para empezar a trabajar en ello. Tal vez eso nos hace falta reconocer que algo nos ha pasado, que no es normal que el fin último de cada reunión sea beber en exceso o de cometer otros abusos hacia nuestro cuerpo. Es el momento de sanar nuestro interior para lograr equilibrio y poner sobre la mesa esta enfermedad que nos mata y no solo físicamente.

¡Hasta pronto mago Murga y que su partida como su vida nos siga llenando de luz en nuestras decisiones como sociedad!


Foto sombrero: thecakeparlour.com